Buenos días y bienvenidos otra vez.
Llevaba mucho tiempo queriendo retomar el blog y el canal de Youtube.
Un poco por falta de tiempo, un poco por falta de inspiración, un poco (mucho realmente) por pereza… El caso es que no ha sido hasta ahora cuando he decidido dar el paso. Sé, también, que está completamente «démodé», que ya no se llevan los blogs y que todo el mundo beauty se mueve, exclusivamente, en Instagram. Muchas de las maquilladoras y blogueras a las que sigo están ahora publicando al 100% en Instagram, no sólo looks de maquillaje, también reseñas de productos.
Y me preguntaréis, entonces ¿por qué no haces tú lo mismo?
Pues porque, en mi opinión, Instagram no es el formato ideal para centralizar lo que antes se hacía en un blog. No sé qué tal es vuestra experiencia como consumidoras con el tema de las reseñas en concreto, pero yo las leo y en el tiempo que paso al próximo post ya se me ha olvidado lo que he leído. Para mí, y como yo entiendo Instagram (y ¡ojo!, puedo estar completamente equivocada) es sólo una plataforma para publicaciones cortas y pequeñas. Al menos, es así cómo lo procesa mi cerebro. Sigo a mucha gente que da consejos sobre cómo mantener las RRSS o cómo hacer presupuestos, los cuales considero que son excelentes, pero como os mencionaba más arriba, el hecho de que esté todo tan condensado hace que en cero coma se me haya olvidado lo que he leído. No me parece justo para ellos, que han invertido tiempo y no me parece justo para mí, ni como consumidora, ni como creadora de contenido.
¿Por qué un algoritmo tiene que decidir cuántos « me gusta », comentarios o « repost » tiene que tener una publicación? ¿Por qué un algoritmo tiene que juzgar mis esfuerzos y/o los de los demás? Desde luego, hay un mundo mucho más complejo detrás de todo esto que yo no manejo, pero a estas alturas, os soy sincera, tampoco me interesa.
Y otra cosa ¿hablamos de la pérdida de calidad de fotos o videos al ser publicados?
Hace meses comentaba por Twitter que los Reels me parecían el nuevo fast-food de las redes sociales. Cuanto más me lo pienso, más convencida estoy de ello. Parece como si todo, cada vez más, estuviese hecho para un consumo rápido. En italiano llaman a este fenómeno «turboconsumismo», el hecho de consumir de manera rápida, frenética, como si mañana se fuese a acabar el mundo. Creo que a medida que he ido cumpliendo años, he ido desarrollando una consciencia de que me gusta disfrutar, tranquilamente, de las cosas.
A mí este fast-food en las RRSS me está empezando a provocar una indigestión, por eso me he decido de retomar el blog y el canal de Youtube, a mi manera, y, sobre todo, a mi ritmo, no importan las visitas o las visualizaciones que tengan las entradas o los videos.
Espero veros de vez en cuando por aquí, o por el canal 🙂
ciao!